La travesía
El 20 de septiembre de 1519, cinco naves se hacen a la mar en lo un viaje que se convertiría en la primera vuelta al mundo.
Hasta el Estrecho de Magallanes
Tras realizar sendas paradas en Canarias y Cabo Verde para reponer víveres, navegar por las procelosas aguas del Atlántico, alternando periodos de calma chicha con duras tempestades que llevan a la tripulación al limite de sus fuerzas. En esa lucha contra la naturaleza, llegan a contemplar el Fuego de San Telmo, una tormenta eléctrica tan poderosa que deja ciegos a muchos marinos durante un tiempo.
Después de dos duros meses de navegación, por fin toman tierra en Río de Janeiro. Allí disfrutan de un breve respiro en sus idílicos parajes antes de reemprender la búsqueda del estrecho que une el Atlántico y el Pacífico.
Un mes después de su partida de Brasil, el continente comienza a girar al Oeste, y Magallanes cree que, por fin, han alcanzado el ansiado estrecho. Se adentran en esas aguas para descubrir, al poco, que se hallan en el peligroso Río de la Plata, plagado de indígenas caníbales.
Tras salir de allí, toman rumbo al suroeste, y se adentran en mares jamás navegados. Allí son golpeados por el mal tiempo y la crudeza de las nieves y el frío, mientras contemplan por primera vez pingüinos. Trascurridos siete meses de navegación, llegan a la Bahía de San Julián donde se pierde una de las naves y se produce un importante motín que Magallanes resuelve con crudeza.
Echados a la mar nuevamente, a las pocas semanas topan con el famoso paso que une el Atlántico y el Pacífico, enclave que desde ese descubrimiento pasa a denominarse Estrecho de Magallanes.
Del Estrecho de Magallanes a las Islas Molucas
El paso del Estrecho de Magallanes es complejo pues es una especie de laberinto difícil de sortear. Por eso, la flota se divide y navega por separado, hecho que aprovecha el capitán de la nao San Antonio para abandonar la expedición y regresar a España.
A su paso por el estrecho, se sorprenden de ver fuego a un lado y otro de la costa lo que les lleva a bautizar aquel lugar como Tierra de Fuego.
Tras esta hazaña, les esperan tres meses de viaje infernales, en los que apenas hay que comer más que bizcochos llenos de gusanos y agua podrida, lo que diezma la tripulación.
Tras un paso por el archipiélago de las Marianas, donde consiguen reponer fuerzas , la expedición alcanza las Islas Filipinas, donde Magallanes encuentra su muerte en la isla de Mactan tras enfrentarse a su gobernante en una lucha desigual.
La expedición queda reducida a tan solo dos naves puesto que la tripulación ya era escasa para gobernar tres barcos, y La Concepción , que se encuentra muy deteriorada, es incendiada. La Trinidad, a mandos de Elcano, y la Victoria, comandada por Espinosa, parten hacia las Islas Molucas donde son recibidos por su sultán, con el que llegan a un acuerdo comercial.
¡Por fin cumplir su misión y cargan las bodegas con las preciadas especias!
Regreso a España
Todo está preparado y las naos Victoria y Trinidad se disponen a partir cargadas de especias de regreso a España. Sin embargo, la Trinidad no está en condiciones de volver y necesita ser reparada. Permanece allí tres meses y, tras iniciar su vuelta por el Pacífico, los temporales continuos dañan gravemente la embarcación, por lo que Espinosa pide ayuda a un barco portugués. Tras el rescate, Espinosa es hecho prisionero y regresa años más tarde a Europa, tras ser liberado junto a otros cinco marineros.
Por su parte, Elcano toma la ruta de las indias hacia España. Atraviesa el océano Índico en una travesía en la que permanece cinco meses sin avistar tierra, y donde tan solo divisa una pequeña isla repleta de acantilados en la que no pueden atracar. Su paso por el cabo de Buena Esperanza en África es dramático. Las fuertes olas que producen el encuentro del Índico y el Atlántico provocan nuevas bajas en la tripulación y graves daños en el barco.
Dos meses después llegan a Cabo Verde, donde a duras penas consiguen tomar previsiones.
En esa corta parada, se percatan de que, al dirigirse al oeste, habian perdido un dia de navegación.
Finalmente, el 6 de septiembre de 1522, la embarcación Victoria , con 18 hombres malheridos a bordo, llega a España tras tres años de penurias. El cargamento de especias es tan valioso que no solo cubre los gastos de la expedición, sino que genera beneficios para la corona española.
Los tripulantes, descalzos, con un cirio en sus manos y en procesión, descienden del barco un día después de su llegada y realizan una visita a la imagen de la Virgen de la Victoria para agradecerle su vuelta sanos y salvos.
Elcano y los supervivientes de la aventura pasan desde ese momento a la historia como los primeros en dar la vuelta al mundo.
La travesía